jueves, 27 de octubre de 2011

Su Historia


La posibilidad de que ciertas sustancias agudicen la sensibilidad en lugar de proteger fué reconocida hacia 1902, por el francés Charles Richet y su colaborador Paul Portier quien intentó inmunizar a perros contra las toxinas de un tipo de medusa Physalia.
El experimento consistió en que los perros fuesen expuestos a dosis subletales de la toxina y se observó que reaccionaron casi de manera instantanea y letal a un contacto ulterior con cantidades diminutas de la toxina.

Richert concluyó que una inmunización o vacunación exitosa creaba fliaxis o protección, y que podía observarse un resultado opuesto, anafilaxis, en la cual una exposición al antígeno podía precipitar una sensibilidad potencialmente letal a él si se repetía la exposición. Este hallazgo le valió el premio nobel en 1913.

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